Acoso laboral
Semanas que empiezan un martes,
con la guardia, en el trabajo,
Tú apareces con el móvil,
ni saludas, solo hablando.
Ni dando unos Buenos Dias,
y yo estoy aquí abajo,
sintiéndome nada o menos,
trabajando y trabajando.
Los días en la oficina,
por la tarde, teletrabajando,
que hay atraso y falta gente
y esto hay que sacarlo.
Sin embargo, no agradeces,
lo que yo me estoy esforzando,
te fijas en los detalles,
sabes que me estás humillando.
"-esas personas de allí,
que pasen por otro lado,
que con el tiempo que llevas,
¿todavía no lo tienes claro?-"
"-No atiendas al personal,
en el umbral de la puerta,
¿no ves que estás estorbando?-"
Te fijas en pequeñeces,
mi corazón lo está notando,
el estrés recorre mi cuerpo,
y eso me está matando.
Y no es el exceso de escritos,
de demandas, de trabajo,
es el trato que recibo,
el rechazo, el fracaso,
que siento cuando me miras,
desde arriba,
y yo,
aquí abajo.
Es el desprecio diario,
que antes sintieron otros,
y los que vendrán,
a soportarlo.
Y no comprendes que formamos,
un equipo,
un equipo de trabajo,
que todas las piezas encajan,
si está bien conformado.
Y si alguna pieza falta,
todo se va derrumbando,
porque todos hacen falta,
estén arriba, o estén abajo.
Carmen Rodríguez
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