Hola, bienvenidos a este podcast, soy Carmen Rodríguez, y esto es Socialmente2.0.
Siempre he visto que mi madre ha tenido muy buena relación con las vecinas, comadres, cuñadas. Hablaban de sus cosas y se ayudaban mutuamente, cosían juntas, se sentaban al fresco mientras nosotros, los niños jugábamos en la calle.
Pero, hoy en día para tener una buena red de apoyo, para tener amigas, con la vida tan ajetreada que tenemos, hay que buscarlas en el trabajo, en las actividades como gimnasia, costura, o cualquier actividad donde haya una convivencia y se mantenga en el tiempo, o cómo antes, las vecinas de toda la vida.
Yo llevo más de 20 años en el mismo puesto de trabajo y aunque tengo cariño a todos mis compañeros, sí es verdad, que solo unas cuantas considero amigas de verdad, con las que llevo vividas tantas cosas y nos hemos consolado tantas penas, pérdidas y tantas alegrías, desayunos de tertulias y risas.
Después están las amigas de toda la vida, las de la infancia, las de la carrera universitaria, que aunque no las veas, sabes que están ahí, y que si alguna vez las necesitaras puedes contar con ellas y te da esa alegría tan grande, cuando te escriben en tu cumpleaños, y ves que se acuerdan de ti.
Desde hace cuatro años hago deporte con un grupo de mujeres estupendas. Compartimos muchas cosas juntas, vamos de caminatas, hacemos payasadas, nos reímos, hemos organizado algunas cenas, pero sobre todo compartimos muchos valores juntas y también nos ayudamos en lo que podemos. El grupo va cambiando, pero las 6 o 7 de siempre, que perduramos en el tiempo, las considero ya amigas.
Este poema va dedicado a ellas, a todas mis amigas, las de antes, las de ahora y las de siempre. A todas las quiero y admiro.