domingo, 6 de febrero de 2022

La importancia de tener buenas amigas

 Hola, bienvenidos a este podcast, soy Carmen Rodríguez, y esto es Socialmente2.0.

Siempre he visto que mi madre ha tenido muy buena relación con las vecinas, comadres, cuñadas. Hablaban de sus cosas y se ayudaban mutuamente, cosían juntas, se sentaban al fresco mientras nosotros, los niños jugábamos en la calle.

Pero, hoy en día para tener una buena red de apoyo, para tener amigas, con la vida tan ajetreada que tenemos, hay que buscarlas en el trabajo, en las actividades como gimnasia, costura, o cualquier actividad donde haya una convivencia y se mantenga en el tiempo, o cómo antes, las vecinas de toda la vida.

Yo llevo más de 20 años en el mismo puesto de trabajo y aunque tengo cariño a todos mis compañeros, sí es verdad, que solo unas cuantas considero amigas de verdad, con las que llevo vividas tantas cosas y nos hemos consolado tantas penas, pérdidas y tantas alegrías, desayunos de tertulias  y risas.

Después están las amigas de toda la vida, las de la infancia, las de la carrera universitaria, que aunque no las veas, sabes que están ahí, y que si alguna vez las necesitaras puedes contar con ellas y te da esa alegría tan grande, cuando te escriben en tu cumpleaños, y ves que se acuerdan de ti.

Desde hace cuatro años hago deporte con un grupo de mujeres estupendas. Compartimos muchas cosas juntas, vamos de caminatas, hacemos payasadas, nos reímos, hemos organizado algunas cenas, pero sobre todo compartimos muchos valores juntas y también nos ayudamos en lo que podemos. El grupo va cambiando, pero las 6 o 7 de siempre, que perduramos en el tiempo,  las considero ya amigas.

Este poema va dedicado a ellas, a todas mis amigas, las de antes, las de ahora y las de siempre. A todas las quiero y admiro.

Ramillete 

Yo tengo pocas amigas,
apenas un ramillete,
cada una de un color,
algunas cultivadas,
y otras, otras silvestres.
Tengo pocas amigas,
pero les sobra el amor,
la dulzura en las palabras,
el apoyo, la pasión.
Me transmiten energía,
me transmiten ilusión,
esperanza en esos días,
donde sólo hay desazón.
Mi ramillete de amigas,
comparten sus penas, a veces
y juntas nos consolamos,
se diluye el dolor y 
aunque no desaparece, 
una se encuentra mejor.
Elegir buenas amigas,
que compartan tus valores,
aficiones, desayunos,
con ellas saben mejores.
Sentirte que perteneces,
a un ramillete de flores,
cada una de un color,
mecidas por el viento,
al son de la vida 
viviendo.
Fluyen locuras y risas,
cuando estás con las amigas,
con una mirada te entienden,
basta un gesto y no palabras.
Un abrazo, que sincero,
te reconforta y te salva,
ese día que necesitas,
más mimos y menos palabras.
Yo tengo pocas amigas,
pocas, pero me bastan,
para saltar de alegría,
para dar siempre las gracias,
por tener esas personas,
que aunque no me tocan nada,
tocan mi alma y  la elevan,
a lo alto de una torre,
donde crían las cigüeñas,
a la luna 
si hace falta.
Esa luna que en el río,
la vimos que se miraba
y atónitos nos quedamos,
porque un ojo nos guiñaba.
Yo tengo pocas amigas,
apenas un ramillete,
cada una de un color,
algunas cultivadas,
y otras, otras silvestres.

                            Carmen Rodríguez


Con este poema me despido, hasta el próximo podcast. Puedes encontrarme  en instagram en @social_mente_2.0 o en la página web www.socialmente20.com,   un beso muy muy fuerte .

sábado, 5 de febrero de 2022

Hermana Mayor

   Hola, bienvenidos a este podcast, soy Carmen Rodríguez, y esto es Socialmente2.0.

Hoy es el cumpleaños de mis hermanos, son mellizos y  cumplen ya 44 años, uff, como pasa el tiempo. Nos llevamos 7 años. Durante 7 años fue la hermana menor de 4. El mayor de mis hermanos me lleva 6 años y mis hermanas, que también son mellizas 4 años. Porqué digo todo esto, pues porque durante 7 años he sido la mimada de la casa. Además yo siempre he sido muy cariñosa así que los mimos iban dirigidos a mí. Pero cuando tenía 7 años vinieron ellos, sí mis hermanos pequeños. Llegaron como dos torbellinos y nos pusieron la vida boca arriba. Todas las atenciones, mimos, regalos, eran para ellos. Pero yo estaba encantada,  me gustaba la familia donde me tocó vivir. Siempre había niños en casa, nosotros, que éramos 6 hermanos  y los hijos de los vecinos. Los juegos en la calle, los deberes todos juntos, el ayudar a los hermanos pequeños , las tertulias de las madres en la puerta, sentadas al fresco en verano, todo eso, lo viví yo. 

Hoy les quiero dedicar un poema a mis hermanos pequeños, por su 44 cumpleaños.

La hermana mayor

Solo tenía siete años
cuando robasteis mi puesto,
mi puesto de la menor
en la casa de mis sueños.
Solo tenía siete años 
y llegasteis a mi vida,
revolucionándolo todo,
poniendo patas arriba,
la casa en la que éramos seis,
y en ocho se convertía.
No sabía cuando os vi,
aquella primera vez,
dos niños, como muñecos,
sin pelo, solo bebés,
que cambiaríais mi vida,
me hacíais hermana mayor,
ya no sería la misma.
Aprendí lo que es querer
a un hermano menor,
a recoger los juguetes,
a leer cuentos,
a estudiar y hacer deberes
y a dar, a dar mucho amor,
sin pedir nada a cambio,
sin ningún tipo de razón.
El amor hacia un hermano, 
hacia un hermano menor,
no se puede comparar,
protegerlo y ayudarlo,
es tu mayor bendición.
Yo solo tenía siete años,
cuando robaron mi puesto,
mis dos hermanos mellizos,
en la casa de mis sueños.
Y ahora doy gracias a Dios,
por todo lo que ha supuesto,
ser una hermana mayor,
amar desde ese puesto.
Y hoy que es su cumpleaños,
quiero felicitar,
a mis hermanos mellizos,
a mi Migui y a mi Fran,
que los quiero con locura,
aunque eso, lo saben ya.


Con este poema me despido, hasta el próximo podcast. Puedes encontrarme  en instagram en @social_mente_2.0 o en la página web www.socialmente20.com,   un beso muy muy fuerte .